miércoles, 7 de febrero de 2007

El Indulto al vino: un error de base.

Hace algunos años que dejé el botellón. La edad, tener dinero en el bolsillo, la nueva Ley de Prevención de Consumo Indebido de Bebidas Alcoholicas y los controles de alcoholemia parecen motivos suficientes para abandonar esta conducta tan incívica, tan nociva para determinados grupos de la sociedad española. Desde que apareciera la Ley del Botellón, muchas organizaciones agrarias, cooperativas, empresarios y comerciantes del sector vitivinícola han montado un follón al respecto. Parece que no están de acuerdo en que el vino sea incluído en el mismo saco que el whisky escocés, el ron de caña o el vodka ruso, ni que sea etiquetado como “droga” ni tratado como tal. El vino es una alimento natural, dicen, como lo recoge no se que ley de la viña y el vino impulsada por el Ministerio de Agricultura, y debe quedar excluído de consideraciones jurídicas que lo sitúen en un segmento de sustancias o productos en los que no se puede aconsejar su consumo.

Lo que está bastante claro es que no están dispuestos a perder los ingresos que les producen las ferias donde se consume al aire libre este zumo de uva alcoholizado, es decir, en la calle, del mismo modo que los jóvenes hacen botellón. De momento la ley les da la razón, en parte, como así lo establece una disposición adicional consensuada en el Congreso de los Diputados el pasado 23 de julio, aunque ellos no parezcan esar contentos del todo.

Visto lo visto me pongo a pensar y llego a dos conclusiones un poco infantiles, pero igual de válidas. Una, que según estos comerciantes vinícolas y la disposición que los apoya, si hacemos botellón en la calle, nos libraremos de la multa si bebemos vino en vez de un cubata. Y la otra, que a partir de ahora para cenar me voy a tomar dos copitas de vino y ala! a alimentarse. Y si seguimos pensando, pues se me ocurre que la cerveza también es un alimento, zumo de cebada, muy rico por cierto, y también debería estar exenta de consideraciones jurídicas.

Yo es que debo ser duro de mollera, pero a mi modo de entender las cosas, el alimento es el mosto, y el alcohol que lo acompaña sigue siendo una droga, la misma que da vigor al whisky. No es que tenga nada en contra del vino ni de las organizaciones que lo defienden, tan sólo odio las hipocresías, las varas de medir de doble filo. Aquí o follamos todos o la tiramos al río, como dijo aquel.

El botellón no es otra cosa que la respuesta de los jóvenes a los precios abusivos de las copas en los locales y clubes de ocio nocturno. Empiecen regulando esos precios, señores, que no puede ser que con lo que cabe en el culo de un vaso de tubo el empresario pague la botella entera. Y así nos va, sacando nuevas leyes, anteproyectos, disposiciones e indultos para favorecer sólo a los que hacen negocio y seguir sacándonos los euros que tan caros nos han salido a los españolitos de a pie.


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3 Comentarios:

Reena on 2/07/2007 5:58 p. m. dijo...

El dinero mueve el mundo. Los agricultores están puteados y no saben lo que hacer ya para defender lo suyo...

Pero puedes compararlo también con los cigarrillos y los puros. Las famosas campañas para dejar de fumar no muestran a gente con habanos!

Buen post ;)

Anónimo dijo...

Viva el botellón (incluido el del agua) que bien cara que nos las cobran en las putas discos...o pagas 5-6 euros o te mueres deshidratada directamente, al final será mejor llevarse una cantimplora...(con lo que sea dentro)

Miguel Mora on 2/07/2007 10:19 p. m. dijo...

Gracias Reena.

Lupita lo de la cantimplora es buena idea, pero fijo que si hace acaban sacando la "ley de la cantimplora"

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