El Génesis de Robert Crumb

Han hecho falta más de cuatro años para que el último trabajo de Robert Crumb vea luz. Un proyecto arriesgado y enormemente ambicioso que ha mantenido al controvertido historietista americano recluido en su casa de Provenza, alejado del mundanal ruido, enfrentando su genio a los pasajes más crudos de "la jodida Biblia", como le gusta llamarla. Nada menos que doscientas páginas, cincuenta capítulos de viñetas en blanco y negro en las que narra bajo su particular visión contracultural la historia más cruel del Antiguo Testamento, revisitando las historias de La Creación, Adán Eva, Caín y Abel, el Diluvio de Noé o La Torre de Babel, par dar forma al Génesis según Crumb.

Para los que no conozcan a Robert Crumb, quizás baste decir que fue la figura más representativa y uno de los fundadores del Cómic Underground, o Comix, que durante los años 60 y 70 revolucionó la industria del Cómic desarrollando, al margen de las todopoderosas editoriales, historietas que rompían los cánones tradicionales y minaban los intocables pilares de la sociedad de la época. Sus viñetas rebosan sexo, desnudos, violencia, incesto y crítica ácida, muchas veces bajo los vapores del LSD.

Su personaje más conocido, gracias a una adaptación al cine de animación que realizó Ralph Bakshi, de la que Crumb nunca se sintió demasiado satisfecho, es sin duda el Gato Fritz, al que mató en 1972 cuando una mujer-avestruz le destrozó la cabeza con un picahielos. Otros de sus perturbados personajes son Mr. Natural, Flakey Foont o Shuman the Human.

Aunque Crumb afirma categórico "me he controlado" en el prólogo de su Génesis e insiste en la fidelidad con el original, la etiqueta de "sólo para adultos" brilla desafiante en la portada. La polémica está servida.