Para los que solemos deambular por la Calle del Castillo después del cierre de los comercios que abarrotan la zona, no es extraño tropezarnos con decenas de cajas vacías en las puertas de los locales. Mucho cartón que afea las calles, pero que suponemos y esperamos acabará dentro de un camión de reciclaje para su posterior tratamiento y reutilización. Sin embargo, la noche del lunes, alguien pensó que ese tiempo que las cajas pasaban esperando el camión de recogida podría ser aprovechado de otra forma.
No es que sea una obra de arte, aunque en este punto podríamos estar discutiendo toda la vida, pero no deja de ser curioso. Me quedo con la cara que habrá puesto el conductor del robot de limpieza si pasó por allí antes que el camión de la basura. Apuesto mi sueldo a que no frenó.
No es que sea una obra de arte, aunque en este punto podríamos estar discutiendo toda la vida, pero no deja de ser curioso. Me quedo con la cara que habrá puesto el conductor del robot de limpieza si pasó por allí antes que el camión de la basura. Apuesto mi sueldo a que no frenó.
4 Comentarios:
Pues a mi me parece una obra de arte. Efímera, pero arte.
a mi me dan unas ganas terribles de derribarlas. debe molar la sensación de atravesar un muro!! (aunque sea de mentirijillas). art is in the air
Por eso decía yo que podíamos pasarnos la vida discutiendo, esto del arte es demasiado subjetivo. Arte efímero entonces.
Exacto Raúl ¿Por qué crees que dije que el robot de limpieza no frenó? Fijo que atravesó las cajas a toda velocidad.
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