Tras una ardua investigación me he dado cuenta de que la gran mayoría de las personas (diestras), son capaces de ejercer más fuerza sobre un tapón de rosca a la hora de apretarlo que a la de aflojarlo. Es decir, que debido a la disposición de la mano y los músculos podemos hacer más fuerza en el sentido de las agujas del reloj. Lo cual supone que gracias a este planteamiento americano de no pensar en la repercusión futura de nuestras acciones, apretemos un huevo los dichosos tapones y luego no haya forma de desenroscarlos.
El Arquitecto | Mil formas de cargarte al profesor
1 Comentarios:
Pero para eso luego hay los miles de trucos que sabemos para desenroscar... aunque tienes razón de que algunos no hay forma humana posible de aflojarlos.
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