miércoles, 28 de febrero de 2007

Abogados del diablo.

Tengo un amigo que cumple condena por mentir en un juicio para favorecer a un familiar suyo al que juzgaban por un delito de tráfico de drogas. Lo único que pretendia hacer era ayudarlo para que no fuera a la cárcel, le salió mal y ahora deben pagarlo los dos. No es nada que deba sorprenderme, supongo que es lo justo. Existe gente encerrada en prisiones de todo el país por motivos muy similares. Tú sabes que el acusado es culpable, pero no sólo no lo dices, sino que haces lo posible por que nadie más se entere, incluso si puedes probarás su inocencia con todos los medios a tu alcance. Es un delito de encubrimiento.

Tengo otro amigo que es abogado. Muchas veces le toca defender a gente que él sabe que es culpable. Póngamos el caso de un asesino al que intenta rebajarle la condena alegando locura transistoria. Él sabe que eso no es cierto, el cabrón estaba muy cuerdo cuando estrangulaba a su víctima, sin embargo en el juicio aporta pruebas en beneficio de su
cliente. La sentencia sale desfavorable para el acusado y le cae la peor de las penas, aún cuando el abogado hace lo posible por probar su inocencia. Es su trabajo.

Y aquí es donde la balanza de la justicia se balancea sin ton ni son. Mis dos amigos hicieron lo mismo ante el juez, pero mientras uno de ellos está en la cárcel por mentir para ayudar a su familia, el otro sigue en libertad, mintiendo por dinero con el beneplácito de la sociedad.

Me gustaría aclarar que no tengo ni idea de leyes, que mi intención no es ni sacar a uno de mis amigos de la cárcel ni meter al otro, y que este post es fruto de la resaca de los carnavales que todavía me dura.



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3 Comentarios:

Reena on 2/28/2007 4:07 p. m. dijo...

Bonita ironía...

Anónimo dijo...

Pues es una reflexión muy interesante...

Anónimo dijo...

A veces no tienes más opción que realizar ese trabajo, te aseguro de que se perfectamente de lo que te hablo, de todas maneras, soy de los que cree fiel y honradamente en que es mejor 10 culpables en la calle que un solo inocente en la carcel, a tu amigo le hubiera conseguido la absolución, te enviaré mi tarjeta, son 100 euros. Seguro que ahora entiendes porque me llamo lupuscanis.

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