PODEMOS.

Podemos es sin lugar a dudas la palabra más dicha y escuchada por los españoles en los últimos diez días. En casa, en la calle, en la carretera, en los bares, en el trabajo.. Una vez más, un medio de comunicación adoctrina y manipula la razón colectiva en pro de un beneficio económico que no tiene nada de altruista, nada de social, aún menos de patriótico, por mucha bandera que se ondee por el camino. Podemos es el silbido que lanza el pastor a su rebaño de borregos para que lo siga sin pestañear a un destino sólo por él conocido. Podemos es el grito de guerra de una sociedad desesperada por una crisis camuflada de deseleración que está mermando el nivel de vida de las clases menos pudientes de la pirámide social española.

Podemos.. sí, pero qué podemos.

Al parecer a lo único que parecemos capaces de aspirar a sentarnos en el sillón de nuestra casa, o en la barra de un bar, o en la plaza que el ayuntamiento tan amablamente ha preparado para la ocasión, a presenciar en directo como once millonarios paletos en calzoncillos se dejan la vida para meter un balón en una portería. Podemos gritar, sufrir, insultar, amar.. Podemos ignorar la realidad a base cotufas y cervezas. Podemos parar un pais y darle a una cadena de televisión más dinero del que jamás soñaron sus directivos en los despachos. Podemos dejarnos manejar como marionetas al son del capitalismo.

Eso podemos.

Sin embargo, podríamos hacer tantas otras cosas si fuéramos nosotros mismos los que decidiéramos poder hacer algo, en lugar de obedecer a ciegas órdenes de gobiernos y empresarios. Podríamos.. pero no podemos. No podemos una mierda.

Habrá que conformarse con que la selección española de fútbol gane la Eurocopa, que ellos sí que pueden.

Dadle al pueblo Pan y Circo