Pensaba que era un mito alimentado por sus famosas huelgas de superproducción, pero después de verlo con mis propios ojos ya estoy convencido. Lo llevan en la sangre. Trabajo, trabajo, trabajo.
La noche del veinticuatro, a eso de las nueve y media, antes de que empezara la cena de nochebuena, yo buscaba una máquina dónde comprar tabaco. Supongo que los fumadores sabrán a lo que me refiero, ese sudor frío, esa ansiedad... Por fin encontré un bar que regenta una familia china. Estaba abierto, completamente abierto. En la barra estaban sentados cuatro inadaptados, tan enganchados al alcohol como yo al tabaco. Todas las mesas estaban vacías, todas menos una. En la última, los dueños del bar celebraban la navidad.
Era una escena grotesca. Nada más entrar al bar el cabeza de familia se levantó de su asiento y me despachó mi caja de tabaco. Le pedí una cerveza y me la sirvió con una sonrisa. Aprovechó para llenar algunas copas y preparar un bocadillo de lomo para una chica que entró detrás de mí. Luego volvió a la mesa donde cenaba con su familia. Cuando terminé mi cerveza miré al fondo. Enseguida el chino vino a cobrarme. Le pagué, le desee una feliz navidad y me fui a cenar.
¿Necesidad? No lo creo. Un café, alguna caja de tabaco, un par de whiskys. No creo que fueran horas rentables. Eso es adicción.
La noche del veinticuatro, a eso de las nueve y media, antes de que empezara la cena de nochebuena, yo buscaba una máquina dónde comprar tabaco. Supongo que los fumadores sabrán a lo que me refiero, ese sudor frío, esa ansiedad... Por fin encontré un bar que regenta una familia china. Estaba abierto, completamente abierto. En la barra estaban sentados cuatro inadaptados, tan enganchados al alcohol como yo al tabaco. Todas las mesas estaban vacías, todas menos una. En la última, los dueños del bar celebraban la navidad.
Era una escena grotesca. Nada más entrar al bar el cabeza de familia se levantó de su asiento y me despachó mi caja de tabaco. Le pedí una cerveza y me la sirvió con una sonrisa. Aprovechó para llenar algunas copas y preparar un bocadillo de lomo para una chica que entró detrás de mí. Luego volvió a la mesa donde cenaba con su familia. Cuando terminé mi cerveza miré al fondo. Enseguida el chino vino a cobrarme. Le pagué, le desee una feliz navidad y me fui a cenar.
¿Necesidad? No lo creo. Un café, alguna caja de tabaco, un par de whiskys. No creo que fueran horas rentables. Eso es adicción.
3 Comentarios:
De ahí viene el dicho ese que dice: "trabajas como un chino" cuando trabajas mucho.
No se trata de adicción al trabajo, se trata de otra cultura. Nosotros tenemos fin de semana, por lo de la creación del mundo y el séptimo descansó, ellos no. Nosotros separamos el tiempo de familia del tiempo de trabajo, ellos no. Nosotros celebramos el nacimiento del hijo de dios el 24 de diciembre, ellos no. Nosotros somos herederos de la cultura judeo cristiana, con un gran sentimiento de culpa, ellos no.
Somos culturas distintas, y no creo que sea adecuado juzgar sus comportamientos culturales, desde la perspectiva de nuestra cultura, porque si a eso vamos, nosotros somos unos recién llegados a la civilización, ellos no.
Resumiendo, mal que nos pese, Europa no deja de ser una península de Asia.
Saludos cordiales.
Lo sé, pero no deja de resultarme chocante. No juzgo nada, sólo escribo lo que veo. Y si creo que su modo de vida se basa en el trabajo, es precisamente porque forma parte de su cultura.
Los niños tenían puesto un gorrito de papanoel en la cabeza, porque supongo que aunque su cultura sea diferente, poco a poco tendrán que adaptarse a la nuestra. Por tanto a su modo estaban "celebrando algo", aunque sólo fuera por lo niños.
En lo que dices de la civilización y de que somos una península de asia... te doy toda la razón. Somos unos reciénllegados.
Saludos y gracias por el comment.
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